Hoy despertamos en Sant León de Becere, y como nos encantó, decidimos dar otra vuelta por allí, pero antes, nos vamos de paso en canoa por el río Becere, que es el que rodea esta Villa.
Cogimos la canoa que nos llevaron en autobús junto a nosotros también y emprendimos nuestra ruta, era un río, pero me pareció más bonito de los que habíamos visto hasta ahora, y todos estamos de acuerdo en que este paseo fue una de las mejores cosas del viaje.

Pasamos con la canoa rodeados por ambos lados de vegetación, a veces se rocas, y un montón de árboles de diferentes colores y hojas, con el sol de fondo.
A través de este paseo vimos también tres majestuosos y señoriales castillos, una pasada.

Al acabar este paseito por el río Becere, nos dirigimos hacia » Bynac- et- Cazenac», un pueblo que visitamos puesto sobre una roca con casitas de ventanas de madera de diferentes colores y tejados negros puntiagudos, estos son típicos de esta zona, ya que nieva mucho en invierno, y la nieve necesita deslizarse para caer por estos tejados de ladrillo.
Empezamos dándonos un baño en el río Dordoña a las orillas de este pueblo, donde también hay unas vistas al pueblo preciosas, y al otro lado, la vegetación del río con numerosas canoas familiares que paseaban por allí.

Después, una vez refrescados subimos a visitar el pueblo, pasando por las casitas que he descrito antes, y disfrutando entre ladrillos de un paseo totalmente medieval. Con casas típicas y algunas con plantas alrededor subimos a una torre junto al castillo, donde había interesantes comercios y pasando por un arco de mediopunto, vamos a ver las vistas de la zona, donde, si sois curiosos, podéis aprecir también a parte de los extensos y verdosos terrenos tres castillos construidos intencionadamente en la época feudal.
A la bajada merendamos en una encantadora heladería y ya emprendimos camino de bajada por otro sitio diferente al llegar a un pequeño mirador también, pasando esta vez por el lado las casitas con los tejados negros pero con el mismo encantador estilo.

Una vez abajo, podemos apreciar por última vez estas interesantes vistas del pueblo construido en la roca antes de dirigirnos a otro pueblecito de la zona.
A media tarde, llegamos a un precioso lugar llamado «La Roque gageac», donde descansamos dándonos un baño en el río Dordoña también y conocimos a a una pareja argentinos muy amables, que desde aquí saludamos si están leyendo esto.
Vimos varios globos aéreos que hacían el entorno del río junto a la vegetación incluso más bonito. El río se situaba en frente de las casita al otro lado de la acera, al lado de una plaza también con restaurantes y un mercadillo que visitamos después.

Roque gageac se sitúa en una posición diferente al anterior, ya que el castillo se sitúa a la entrada del pueblo (más atrás si la interesa podéis visitar unos jardines también muy cerca), y ya después, una fila de maravillosas casitas con los típicos tejados. Damos un paseo por la entrada de estas casitas, con diversos comercios, y después damos otro más largo por el interior de estas encontrando un paseo muy agradable con, por ejemplo, casitas con ventanitas rojas y una pequeña torre con vegetación hasta llegar a la Iglesia, que visitamos, junto a un mirador en el que apreciamos el atardecer por las montañas al lado de la Iglesia.

Para acabar el paseo, pasamos por unos increíbles jardines, plantados por un hombre que vivió en una casita casi al final del pueblo y hoy en día se ha convertido en unos jardines visitables para los turistas. Y ya vamos a ver el mercadillo llegando de nuevo a la parte del río donde, observamos las nocturnas vistas del pueblo con sus lucecitas junto a un concierto y acabamos cenando a la luz de las estrellas en una mesita junto a río.